La conocida como chica de Egtved, una adolescente cuyos restos fueron encontrados en 1921 dentro de un féretro de madera de roble, y datados en el año 1370 a. C., es desde hace años uno de los descubrimientos más famosos de la Edad del Bronce escandinava.
Entre los hallazgos, según informa la agencia de la UE Cordis, está el hecho de que la chica de Egtved no era originaria de dicha localidad, nació y creció a centenares de kilómetros de dicho lugar.
Con toda probabilidad, su procedencia se situaría en la Selva Negra, en la región suroeste de Alemania. Dichos análisis también revelan que llegó a Egtved poco antes de su muerte, tras recorrer largas distancias durante los dos últimos años de su existencia, mucho más costosas de recorrer si tiene en cuenta la época en la que vivió.
La chica de Egtved fue enterrada durante el verano del 1370 a. C., ataviada con prendas de lana entre las que se encontraban una blusa y una falda corta hecha de cuerda, además de con un cinturón ornamentado con una placa de bronce en forma de disco que representaba al Sol.
Según el portal Iflscience.com, podría tratarse de una sacerdotisa del culto solar nórdico.