En las redes se viralizó la imagen en la que se separan las dos partes de ese pieza para su fundición. “Vale más por el metal que por lo que vale la moneda”, dice su protagonista

Un video que se viralizó en las últimas horas en las redes sociales muestra una vez más cómo la inflación sigue transformando a las monedas en simples piezas de metal que pueden ser vendidas como tales, en lugar de representar el dinero que todos desean llevar en el bolsillo. La secuencia muestra una enorme caja llena de monedas de 2 pesos y a alguien con las herramientas necesarias para separar de un golpe el anillo exterior del centro de la pieza metálica.

También detalla cómo es el negocio: solamente el anillo exterior, de color dorado y que contiene un 92% de cobre, se vende a 12 pesos, 6 veces más de lo que valdría si alguien la usara para hacer un pago. En el video no se explica cuál es el valor para los reducidores de metales del centro plateado de la moneda, acuñado en una aleación de metales con menor proporción de cobre (75%) y níquel.

La combinación del buen precio de los metales con la elevada inflación impulsó la la demanda local de reducidores de metales por todo tipo de metales de descarte. Así como en muchos lugares se propagan los robos de cables, para aprovechar el cobre de su interior, también las monedas se transformaron en un negocio de fundición de metales, tal como explica con crudeza el protagonista del video. En el caso particular de las monedas bimetálicas, las de 1 y 2 pesos, su peso y su composición las volvieron aún más valiosas.

Al mismo tiempo, la inflación llevó a que queden prácticamente en desuso. De hecho, el Banco Central hace más de un año que discontinuó por completo la acuñación de monedas, reconociendo que el costo de sus componentes es mucho más alto que el valor que representan en dinero.

“Compro monedas por kilo” es una llamada repetida en sitios de comercio electrónico como Marketplace de Facebook o Mercado Libre. Las reducidoras de metales, atentas más que nada a chatarra y restos industriales u hogareños, ponen el ojo sobre las monedas que quedan en circulación.

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