El picor del chile en México tiene su origen en una sustancia llamada capsaicina, la cual activa los receptores de dolor en la ,boca, engañando al cerebro para que piense que está experimentando calor.
Este efecto, que podría parecer desagradable, es en realidad parte del atractivo del chile. La combinación de sabor y picor crea una experiencia sensorial única, intensificando los sabores y haciendo que la comida sea más memorable.
En la dieta mexicana, el chile no solo es un condimento, sino una parte fundamental de la identidad cultural y gastronómica. Su uso en salsas, guisos y hasta en dulces es indispensable, ya que aporta una dimensión de sabor y textura que sería difícil de replicar sin su picor característico.