Según Juan Isidro Quezada, el matrimonio entre Juan José Fernández Campero de Herrera y la rica heredera Juana Clemencia, tuvo características trágicas ya que en 1676, dos años antes de realizarse el matrimonio, muere don Pablo Bernárdez de Ovando, padre de doña Clemencia.
Su viuda, doña Ana Mogollón y Orozco, de origen cuzqueño, contrae nuevas nupcias con Pedro Ortiz de Santiesteban. En su calidad de hija única, hereda los bienes de sus antepasados entre los que destacan las Encomiendas de Casavindo y Cochinoca y que obviamente generaron intereses de diversa índole, entre los que se puede colegir el deseo de administrarlos directamente.
Anota que la rica heredera, en un inicio se negó a unirse en matrimonio con don Juan José, ya entrado en años como se ha anotado, y ese mismo día y ante escribano levantó en secreto una protesta manifestando “haber llegado a la ceremonia obligada por su madre y su abuelo materno, lo cual no es su voluntad de hacer más que tan solamente por la reverencia y obediencia que debe tener a los dichos su madre y abuelo y haberse juntado muchas personas de parte de dicho Maestre de Campo (Campero) aconsejándola venga a celebrar dichas palabras esponsales (…) que su voluntad es de no venir ni consentir en las palabras esponsales para contraer dicho matrimonio.
Pero al año se rectifica de esas declaraciones, aduciendo que ellas fueron manifestadas por imposición de su padrastro (don Pedro de Santiesteban), quién la encerró y amenazó con castigos físicos para que diera su disconformidad.
Bibliografía: “El Vínculo de Tojo” de Javier CAMPERO PAZ