El uso de la tierra, régimen de tierras fiscales y todo lo relativo a las comunidades indígenas, fueron los ejes principales de las conversaciones.
En este contexto, también se abordó el rol de sectores politizados en la sucesión de hechos violentos que desvirtuaron legítimas inquietudes de las comunidades, al solo efecto de desatar un clima desestabilizador que nada tuvo ni tiene que ver con el bienestar de los pueblos indígenas.